miércoles, 15 de noviembre de 2006

Del acto al menos acto


Me quedé entonces con los ojos en un diálogo
apenas saludándonos vereda abajo
cuando te hacías larga, mas larga
que incluso la lámpara, tú sabes, nos abandonaba

Y era de noche, media de noche incapaz
desenfocados, éramos una reverencia sin respiro
nos desvanecíamos de cerca
dentro de un círculo insolente, lleno de silencio

a quien no dimos sino un reto mudo
justo cuando de lejos un grito de contrabando

Nos hizo tremendos calladores.