jueves, 9 de noviembre de 2006
A simple vista
Sucedió que no te recordaría en todo este tiempo
que el único deseo no era más que un museo petrificado al aire libre
tu manía por el desorden y una estación de metro sin terceras personas
Sucedió que ningún futuro se moría por cambiarse de ropa
y que en realidad todo había estado hecho de palabras subterráneas
escritas después de largas noches de cerveza
casi por anemia o porfía inmediata
pero tremendamente verdadera
Sucedió que en demasiadas horas habían demasiados minutos
y en demasiados minutos la memoria se obsesionaba por dentro
hasta querer rebasar su propio límite sin ninguna vergüenza
haciendo difícil el juego de aceptar vacantes
que pudieran dar con esas complicadísimas redes de sarcasmo
Justo cuando la verdad recorrida era mas o menos la misma de entonces
una tarde de árboles doblados y mucha gente
el teatro vacío aún esperando en cartelera
el atardecer de una vitrina en su rimmel y el pavimento sucio
la Alameda, el Bellas Artes y otros nuevos amantes
hundidos en esa ciudad que me sobraba de ti.